Las bienaventuranzas y la oraci?n del padrenuestro

La Primera predicaci?n de Cristo parece haber sido resumida en una corta, pero crucial oraci?n, tal como lo fue la de Juan el Bautista antes de ?l, «Arrepent?os, porque el Reino de los cielos se ha acercado» (Mateo 3:2; 4:17). No es apropiado exponer en un estudio tan breve aquel tema tan interesante, el Reino de los cielos, pero estas Bienaventuranzas nos ense?an mucho respecto de aquellos que pertenecen a aquel Reino, y sobre quienes Cristo pronunci? las formas m?s sublimes de bendici?n.Despu?s de todo lo que ha sido dicho y escrito por hombres de Dios sobre la oraci?n, necesitamos algo mejor que aquello que es de origen meramente humano para guiarnos, si es que vamos a cumplir de forma correcta este esencial deber. C?mo criaturas ignorantes y pecadoras han de intentar presentarse ante el Dios Alt?simo, c?mo han de orar de manera aceptable a ?l y c?mo han de obtener de ?l lo que necesitan, tan s?lo puede ser descubierto a medida que el gran oyente de las oraciones se complace en revelarnos Su voluntad. Desde los tiempos m?s antiguos ha sido llamada «la Oraci?n del Padre Nuestro», no porque sea una oraci?n que Cristo mismo le dirigi? al Padre, sino porque fue provista con gracia por ?l para ense?arnos, tanto la manera como el m?todo para orar y los asuntos por los cuales orar.